Los investigadores analizaron datos de más de 220.000 personas durante tres décadas y sus hallazgos contradicen creencias populares sobre estos alimentos grasos.
Durante años, el consumo de manteca generó debate en el campo de la nutrición. Mientras algunos la consideraron perjudicial para la salud cardiovascular, otros aseguraron que su impacto era neutral o incluso beneficioso.
Recientemente, ciertos sectores han vuelto a promover su consumo en redes sociales al argumentar que es una mejor opción que los aceites vegetales.
Sin embargo, un nuevo estudio realizado por científicos en la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, aportó en evidencia en contra de esa idea.
El trabajo fue publicado en la revista JAMA Internal Medicine e incluye un análisis de datos a largo plazo.

La investigación, liderada por Walter Willett, profesor de epidemiología y nutrición en Harvard, reveló que un mayor consumo de manteca se asoció con un 15% más de riesgo de mortalidad total.
En contraste, una mayor ingesta de aceites vegetales, incluidos los de soja, canola y oliva, se relaciona con una reducción del 16% en la mortalidad total.
“Sustituir solo 10 gramos diarios de manteca por estos aceites se asoció con un riesgo un 17% menor tanto de mortalidad total como de muertes relacionadas con el cáncer”, señalaron los investigadores.
¿Qué es más saludable: la manteca o los aceites vegetales?

El estudio reafirmó que los aceites vegetales ricos en grasas insaturadas tienen beneficios para la salud en comparación con la manteca, que es alta en grasas saturadas. Aunque investigaciones previas ofrecieron resultados mixtos, este análisis a largo plazo aportó mayor claridad.
“Por alguna razón que no comprendo, circula en internet el mito de que la manteca es una grasa saludable, pero no hay evidencia que respalde esta idea”, afirmó Willett.
Estudios anteriores no siempre especificaron qué alimentos reemplazaban a la manteca en la dieta, lo que dificultaba extraer conclusiones precisas sobre su impacto en la salud.
En cambio, esta nueva investigación abordó esa limitación y confirmó que la sustitución de la manteca por aceites como el de oliva, canola o soja ofrece un beneficio significativo en términos de reducción de la mortalidad.
¿Cómo se hizo el nuevo estudio?

Los investigadores analizaron datos de 221.054 personas que participaron en tres grandes estudios de cohorte en Estados Unidos: el Nurses’ Health Study, el Nurses’ Health Study II y el Health Professionals Follow-up Study.
Los participantes informaron su dieta cada cuatro años durante un período de hasta 33 años.
El análisis incluyó ajustes por edad, índice de masa corporal, tabaquismo, ingesta calórica y otros factores de riesgo. También se evaluó la relación entre el consumo de distintos tipos de grasas y la mortalidad total, por cáncer y por enfermedades cardiovasculares.
¿Cuáles fueron los resultados del estudio?

El hallazgo principal fue que la sustitución de la manteca por aceites vegetales redujo el riesgo de muerte en general, así como la mortalidad por cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Cada incremento de 10 gramos diarios en la ingesta de aceites vegetales se asoció con un 11% menos de riesgo de morir por cáncer. También se observó un 6% menos de riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares, aunque esta asociación fue menos consistente.
A pesar de estos datos, los investigadores no sugieren eliminar por completo la manteca de la alimentación, sino reducir su consumo.
“Nuestros hallazgos no significan que nunca debamos consumir manteca, pero es mejor usarla solo cuando su sabor sea indispensable, y no como la principal fuente de grasa”, señaló Willett.
Estos resultados refuerzan las recomendaciones actuales de salud pública, que promueven la reducción del consumo de grasas saturadas a favor de grasas insaturadas.

“Imaginen cuántas muertes podríamos prevenir si más personas hicieran este cambio en su alimentación”, concluyó Yu Zhang, coautor del estudio e investigador en el Hospital Brigham and Women’s de Boston.
El estudio encontró que, a diferencia del aceite de oliva, canola y soja, el aceite de maíz y el de cártamo no mostraron una asociación significativa con la reducción de la mortalidad.
“No se observaron asociaciones estadísticamente significativas entre el consumo de estos aceites y la mortalidad total”, indicaron los investigadores. Aunque los aceites vegetales en general fueron vinculados a un menor riesgo de muerte, estos dos tipos específicos no presentaron los mismos beneficios en los análisis realizados.
Cómo interpretar los resultados

Al ser entrevistado por Infobae, el médico Silvio Schraier, vicedirector Carrera de Especialización en Nutrición de la Fundación Barceló e integrante de la subcomisión científica de la Sociedad Argentina de Nutrición, comentó tras leer el trabajo: “Hay un largo debate sobre el consumo de la manteca. Este nuevo trabajo es un estudio observacional con una amplia muestra basada en investigaciones epidemiológicas”.
Sin embargo, el experto señaló algunas limitaciones del estudio con respecto a si los resultados corresponden a bajar el consumo de manteca o a que los participantes subieron otros productos más saludables. También hay que tener en cuenta que esos participantes podrían estar siguiendo una dieta occidental. “Seguimos concluyendo que es importante que se consideren los beneficios de una dieta mediterránea”, expresó.
“Mi recomendación es que hay que cocinar con menos grasas y aceites. Las frituras con aceite de oliva son muy caros. Por eso se puede cocinar con aceite de girasol. Se puede usar recipientes profundos con el aceite hirviendo. Esto sella el alimento y no absorbe aceite”, aclaró.
Además, aconsejó rociar “las ensaladas con oliva virgen y utilizar poca manteca. No reemplazar la mantequilla por margarina”.