El rechinar involuntario de dientes puede derivar en problemas de mandíbula y cervicales. Conoce cómo la intervención odontológica temprana alivia estos efectos en tu vida cotidiana
El bruxismo, un trastorno que afecta a muchas personas, se manifiesta principalmente por el rechinar o apretar involuntario de los dientes. Este fenómeno puede ocurrir tanto durante el sueño como en momentos de vigilia, y suele ser detectado por odontólogos o incluso por la pareja de quien lo padece. Los síntomas más comunes incluyen dolor en la mandíbula, dientes o cara, dificultad para abrir la boca, ruidos al rechinar los dientes, desgaste dental excesivo y dolores de cabeza o cervicales al despertar.
Las causas del bruxismo son variadas. Entre las más frecuentes se encuentran el estrés y la ansiedad, problemas de alineación dental o mala oclusión, y trastornos en la articulación temporomandibular (ATM). Además, el consumo excesivo de cafeína o nicotina, ciertos medicamentos, y el uso de dispositivos móviles antes de dormir también pueden contribuir a su aparición. Incluso, el uso de aparatos dentales como brackets o alineadores puede ser un factor desencadenante.
El tratamiento del bruxismo busca aliviar los síntomas y prevenir el daño dental. Las opciones incluyen el uso de placas o férulas dentales para proteger los dientes, técnicas de relajación y manejo del estrés, ajustes dentales para corregir problemas de alineación, y medicamentos para el dolor y la ansiedad. Además, técnicas manuales realizadas por kinesiólogos pueden ser beneficiosas, y en algunos casos, se recurre al uso de botox para reducir la actividad muscular.
Es fundamental consultar a un odontólogo o a un especialista en ATM para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. La intervención temprana puede prevenir complicaciones mayores y mejorar significativamente la calidad de vida de quienes padecen este trastorno.