Por Eladio Vecchi
Un reciente estudio publicado en el Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry ha identificado una relación significativa entre el bienestar psicológico y el deterioro cognitivo en personas mayores. La investigación, llevada a cabo por un equipo internacional de científicos de Suecia, China y Estados Unidos, sugiere que una disminución en el bienestar psicológico podría ser un indicador temprano de deterioro cognitivo leve, una condición que a menudo precede a la demencia.
El estudio analizó a 910 ancianos cognitivamente saludables, con una edad promedio de 79 años, que participaron en el Proyecto Rush de Memoria y Envejecimiento. Durante un seguimiento de 14 años, 265 de ellos desarrollaron deterioro cognitivo leve, y de estos, 89 casos evolucionaron a demencia. Los resultados mostraron que aquellos que desarrollaron deterioro cognitivo leve experimentaron una notable disminución en su bienestar psicológico entre 2 y 6 años antes del diagnóstico, incluso si no presentaban síntomas evidentes.
La demencia es una preocupación creciente a nivel mundial. Actualmente, se estima que hay aproximadamente 57,4 millones de personas con demencia en todo el mundo, y se espera que esta cifra se triplique para el año 2050. Esta condición no solo trae consigo graves problemas de salud, como discapacidad y un aumento en la mortalidad, sino que también impone enormes cargas a las familias y a la sociedad en general.
El estudio también encontró que las personas con deterioro cognitivo leve eran, en promedio, mayores y reportaban niveles más bajos de bienestar psicológico en comparación con aquellos que se mantuvieron cognitivamente sanos. Entre los que desarrollaron demencia, se encontraron más mujeres y personas portadoras del gen asociado a la demencia (APOE e4), y también tenían menor bienestar psicológico.
A pesar de factores como la edad, enfermedades vasculares, estilo de vida, actividades sociales y sentimientos de soledad, los que desarrollaron deterioro cognitivo leve mostraron una disminución más rápida en su bienestar psicológico, llegando a niveles más bajos hasta 2 años antes del diagnóstico. Especialmente, su sentido de propósito en la vida y oportunidades de crecimiento personal comenzaron a declinar de 3 a 6 años antes del diagnóstico.
Aunque hoy en día no existe una cura para la demencia, el periodo que precede a su diagnóstico, conocido como etapa preclínica, ofrece una oportunidad crucial para intervenir. Identificar a las personas en alto riesgo de desarrollar demencia y aplicar medidas preventivas puede ser clave para reducir la incidencia de esta enfermedad y sus impactos negativos.
La investigación sugiere que sentir que la vida no tiene propósito y que hay pocas oportunidades de crecimiento personal en la vejez puede ser una señal temprana de deterioro cognitivo leve. Este hallazgo subraya la importancia de mantener un bienestar psicológico positivo como una posible estrategia para prevenir el deterioro cognitivo y la demencia en los adultos mayores.