Probablemente podamos agradecer al atleta de aventura holandés Wim Hof, también conocido como “El Hombre de Hielo”, por elevar las zambullidas en el hielo de un pasatiempo de Año Nuevo que se realizaba una vez al año a una tendencia de salud y fitness muy popular.
Él y otros entusiastas del agua fría alaban sus beneficios y afirman que las duchas y los baños con agua fría pueden acelerar la recuperación, aliviar el dolor, prevenir los resfriados y mejorar el estado de ánimo. Entonces, ¿es hora de dar el paso? La respuesta probablemente dependa de su estado de salud actual y de sus objetivos. Examinemos la ciencia y las opciones de terapia con frío.
¿Qué es la crioterapia?
El término “crio” proviene del griego krýos, que significa frío helado. Por lo tanto, “crioterapia” y “terapia de frío” son términos intercambiables y describen varios métodos para enfriar el cuerpo
- Aplicación de hielo. Aplique hielo o una compresa fría en una parte de su cuerpo.
- Duchas frías. Colóquese en un chorro de agua fría con el agua caliente cerrada.
- Inmersión en agua fría (CWI). Sumérjase o “zambúllase en agua fría” en una bañera o cuerpo de agua que esté a 60 grados Fahrenheit (15 grados Celsius) o menos.
- Crioterapia de cuerpo entero (WBC). Utiliza una cámara costosa que lo bombardea con aire helado, sin necesidad de agua.
Los beneficios para la salud de los baños de hielo y las inmersiones en agua fría
Entonces, ¿la ciencia de la crioterapia está a la altura de las expectativas? En su mayor parte, no. En un estudio publicado en Nature Scientific Reports, los investigadores pidieron a los participantes del estudio que probaran el método Wim Hof, que implica exposición al agua fría, ejercicios de respiración y meditación, durante 15 días. Sin embargo, el estudio no reveló cambios positivos en la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la función cardíaca o el estado de ánimo.
Además, aunque otras pruebas científicas parecen señalar algunos beneficios de la crioterapia, gran parte de la investigación es demasiado débil para respaldar muchas de las afirmaciones con confianza. Además, también se debe tener en cuenta el esfuerzo que se necesita para lograr, en el mejor de los casos, un efecto beneficioso modesto.
Aun así, suponiendo que estés usando la crioterapia de manera segura, no hay razón para que no puedas disfrutar de la práctica o sentir que te proporciona cierta fortaleza.
A continuación se muestra la posición científica sobre varias afirmaciones sobre la crioterapia y diferentes tipos de aplicaciones.
Bolsas de hielo o baños fríos y recuperación atlética
Durante muchos años, si un deportista se recuperaba de una lesión, los expertos recomendaban aplicar hielo. Era la “I” de la fórmula RICE, que significaba descanso, hielo, compresión y elevación.
“La ciencia y las aplicaciones prácticas de la aplicación de hielo han cambiado durante las últimas dos décadas”, señala el doctor Andrew Jagim, especialista en medicina deportiva de Mayo Clinic.
En lugar de recurrir siempre al hielo, Jagim recomienda un enfoque matizado:
- Utilice hielo inmediatamente después de sufrir una lesión aguda. En ese momento, puede ayudar a reducir la hinchazón y el dolor.
- Evite o minimice la aplicación de hielo después de los primeros días, ya que la terapia de frío continua puede retardar la curación y retrasar la recuperación.
De manera similar, la terapia de frío puede ayudar a reducir el dolor y las molestias después de sesiones de entrenamiento intensas o durante períodos de competencias consecutivas. Sin embargo, cuando se usa de manera constante durante un tiempo, la terapia de frío podría perjudicar el rendimiento, dice el Dr. Jagim.
“Si un deportista tiene un período de entrenamiento intenso de dos semanas o un torneo de tres días y tiene problemas de dolor o molestias, puedo recomendarle que añada baños de hielo después del entrenamiento o durante el día”, afirma. “Pero desaconsejaría usarlos todos los días durante toda una temporada o un ciclo de entrenamiento, ya que las investigaciones muestran que pueden obstaculizar las adaptaciones a largo plazo de los deportistas, en particular en lo que respecta a la fuerza y el crecimiento muscular”.