Cuál es el secreto para cuidar tu casa y evitar las alergias

Los ambientes de una casa pueden convertirse en refugio de alérgenos invisibles como el polvo, el moho y los ácaros, responsables de desencadenar reacciones alérgicas como rinitis, eczema e incluso asma


En muchas casas, el aire que se respira puede contener partículas diminutas que desencadenan reacciones alérgicas. Desde el polvo doméstico hasta la humedad que fomenta el crecimiento de moho, el hogar puede convertirse en una fuente continua de alérgenos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca del 30% de la población mundial padece alguna forma de alergia, y muchas de ellas están relacionadas con factores ambientales presentes en interiores, como los ácaros, el polen y el pelo de los animales. Estos alérgenos domésticos pueden agravar o provocar síntomas en personas sensibles, desde estornudos y congestión nasal, hasta problemas respiratorios más graves.

Estudios de la Asociación Americana de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI) destacan que los ambientes cerrados son un caldo de cultivo para elementos que pueden agravar enfermedades respiratorias, en especial si no se toman las medidas necesarias para reducir la exposición a estos alérgenos. Aunque mantener una casa limpia y seca es fundamental, no siempre es suficiente para prevenir estas reacciones.

Medidas preventivas

La mejor forma de lidiar con las alergias en el hogar es minimizando el contacto con los alérgenos. Aunque esto puede ser complicado, especialmente con el omnipresente polvo doméstico, seguir medidas preventivas puede marcar una gran diferencia. Mantener la casa lo más limpia posible es crucial; se recomienda el uso de aspiradoras con filtros HEPA para atrapar partículas diminutas que los aparatos comunes no capturan. Además, los suelos deben mantenerse libres de alfombrados, o bien optar por alfombras lavables, lo que ayuda a reducir la acumulación de polvo. Otra recomendación clave es lavar la ropa de cama a más de 60ºC para eliminar los ácaros, uno de los principales desencadenantes de alergias.

El moho crece en ambientes húmedos y mal ventilados, liberando esporas que pueden provocar alergias respiratorias y dérmicas - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Controlar la humedad del ambiente es otra gran estrategia. Según la AAAAI, niveles de humedad por encima del 50% facilitan el crecimiento de moho y la proliferación de ácaros. El uso de aire acondicionado o deshumidificadores ayuda a mantener los niveles de humedad bajo control, reduciendo así el riesgo de alergias relacionadas. Asimismo, es importante evitar tener plantas de interior y restringir el acceso de animales domésticos a las habitaciones, especialmente en los dormitorios de personas alérgicas.

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