Las barreras físicas en el hogar tienen un impacto fuerte en los gatos. Conoce las razones de su incomodidad y cómo ajustarse para asegurar su bienestar y tranquilidad
El comportamiento de los gatos frente a las puertas cerradas presenta una serie de desafíos y curiosidades para los propietarios de mascotas. Según un artículo de Live Science, estos animales pueden mostrar incomodidad e incluso agresividad ante las barreras en su entorno doméstico. Este fenómeno se atribuye tanto a la evolución natural de los felinos como a su convivencia con los humanos.
Ingrid Johnson, especialista en comportamiento felino, explica que los gatos buscan tener control sobre su territorio y acceso a diferentes espacios del hogar. Esta necesidad de control los lleva a intentar abrir puertas, maullar o incluso atacar las puertas cerradas. Otro punto clave, según Jane Ehrlich, es que los gatos detestan enfrentar situaciones como la falta de elección, de control y los cambios. Por ello, aunque los felinos no siempre quieran participar en lo que sucede del otro lado de una puerta, sí les inquieta no saber qué está pasando.
Un estudio publicado en Behavioural Processes en 2017 refuerza el hecho de que los gatos prefieren la interacción con sus dueños antes que otros estímulos como alimentos o juguetes. Johnson subraya que el control humano sobre ciertas áreas del hogar puede generarles estrés. Mantener consistencia en las áreas a las que los gatos pueden acceder es una recomendación clave para minimizar esta tensión. Por ejemplo, si no se quiere que el gato entre en el comedor, esta regla debe aplicarse siempre.
Karen Sueda, conductista veterinaria certificada, añade que la curiosidad innata de los gatos y su miedo a perderse algo son factores cruciales en este comportamiento. Además, Sueda alerta que la insistencia de los gatos ante las puertas cerradas puede ser indicativa de problemas más profundos. Ante cualquier preocupación sobre el comportamiento de una mascota, recomienda visitar al veterinario.
Los expertos coinciden en tres razones principales por las cuales los gatos rechazan las puertas cerradas: son criaturas territoriales que desean patrullar su entorno, son extremadamente curiosos y se frustran al no poder acceder a lo que ocurre detrás de una barrera. Aunque los gatos tienen fama de solitarios, en realidad son animales sociales que disfrutan de la compañía humana.
Para mitigar estos comportamientos, se sugieren varias soluciones prácticas. Instalar una puerta gatera puede darles una mayor libertad de movimiento al tiempo que se asegura su seguridad. Ofrecer alternativas de entretenimiento y permitirles vistas al exterior también puede ayudar a mantener a los gatos ocupados y reducir su ansiedad.
Las investigaciones confirman que la convivencia entre gatos y humanos tiene un impacto significativo en el comportamiento de estos animales. Entender y adaptarse a sus necesidades puede mejorar notablemente la relación con los felinos.