Nuevas investigaciones citadas por Women’s Health revelan puede aumentar la potencia muscular, mejorar la respiración y optimizar el rendimiento
En el entorno habitual de un gimnasio, es común que los sonidos se entremezclen creando una sinfonía particular: el tintineo de las pesas, el roce de las suelas y la música que acompaña cada sesión de entrenamiento.
En medio de este contexto ruidoso, emerge un sonido característico que suele pasar desapercibido pero que es frecuente: el gruñido o pequeño grito de los atletas al ejecutar movimientos exigentes.
Este fenómeno ha sido observado por quienes frecuentan estos espacios. Aunque el grito puede parecer intrusivo o innecesario, estudios recientes, citados por Women’s Health, sugieren que este acto, lejos de ser una simple exhalación sonora, podría aportar beneficios concretos al rendimiento deportivo.
Beneficios de gruñir en los entrenamientos
El valor de ese pequeño grito durante los entrenamientos fue revelado por diversos estudios, citadados por Women´s Health. El análisis se centró en cómo los gruñidos afectan el rendimiento físico durante ejercicios explosivos.
Se descubrió que la potencia de los atletas aumenta considerablemente al realizar movimientos de alta intensidad acompañados de mini gritos. Este incremento en la fuerza no solo añade un nuevo nivel de eficiencia al entrenamiento sino que también aporta una dimensión novedosa a la comprensión de la respiración y la exhalación en las actividades físicas.

Gruñir mientras se ejecutan ejercicios de fuerza explosiva, como levantamientos pesados o saltos vigorosos, puede ser la clave para optimizar el rendimiento, sugieren estos hallazgos.
La investigación destaca cómo una exhalación poderosa puede impactar en el rendimiento, sugiriendo que el ruido no es solo un producto residual del esfuerzo, sino una herramienta potencialmente efectiva para maximizar la práctica deportiva.
Uso y aplicación práctica
La técnica de exhalación potente que genera el gruñido puede incorporarse fácilmente a cualquier rutina, sin importar el nivel de experiencia del practicante. No se trata de una habilidad exclusiva de atletas de alto rendimiento: puede ser utilizada por cualquier persona que busque optimizar su desempeño físico.

Ejercicios como los saltos sobre caja o los press de hombros se ven especialmente favorecidos con esta técnica. Exhalar con fuerza durante la ejecución permite no solo un mejor rendimiento, sino también un impacto positivo en la salud general, al evitar la contención de la respiración, estabilizar la presión arterial y reducir la fatiga.
Respeto y control en su implementación
El objetivo principal de esta técnica debe ser el control respiratorio eficaz y no la producción de ruido excesivo. Así lo destaca el experto y fisiólogo Alexander Rothstein, quien insiste en la importancia de respetar el espacio de los demás: al aplicar esta técnica, debe evitarse exhalar con fuerza cerca de otras personas dentro del gimnasio.
La práctica del gruñido, habitualmente percibida como parte del ruido ambiente de los gimnasios, puede transformarse en un recurso valioso para mejorar el rendimiento físico. Su verdadero poder reside en una exhalación dirigida que fortalece el core, favorece la conexión mente-músculo y ayuda a prevenir la fatiga prematura.

En definitiva, la clave para maximizar sus beneficios está en la correcta ejecución de la técnica respiratoria, siempre dentro de un entorno de respeto mutuo y concentración. Lejos de ser una mera expresión del esfuerzo, el gruñido se revela como una estrategia efectiva para potenciar los entrenamientos.
Diversos estudios respaldan su utilidad como una técnica respiratoria que, al ser aplicada correctamente, potencia la fuerza, mejora la estabilidad del core y optimiza la conexión mente-músculo. Además de incrementar el rendimiento en ejercicios explosivos, contribuye a una respiración más eficiente, evitando la contención de aire y favoreciendo la regulación de la presión arterial.
Lejos de ser un simple hábito molesto o una distracción en el entorno del gimnasio, este tipo de exhalación puede integrarse de forma segura y beneficiosa a cualquier rutina, siempre que se practique con control y respeto hacia los demás. Así, lo que antes se percibía como ruido de fondo adquiere un nuevo significado: una herramienta funcional al servicio del desempeño físico y la salud integral.