Expertos señalan que el popular videojuego está modelando los tonos de sus jóvenes jugadores. Creó un estilo distintivo que está captando la atención de lingüistas y familias
Millones y millones de personas están registradas en Fortnite, uno de los videojuegos más populares del mundo desde su lanzamiento en 2017 por Epic Games. Entre sus usuarios más constantes hay millones de niños y adolescentes que replican tácticas y expresiones del juego, pero también su estilo particular de hablar.
Según publicó el medio del Reino Unido Daily Mail, varios expertos comenzaron a identificar lo que denominan el “acento de Fortnite”, una forma de hablar que está emergiendo entre los menores que pasan muchas horas jugando en línea.
Este acento se caracteriza por un tono agudo, una velocidad de habla alta y una inflexión ascendente al final de cada oración, como si todas las frases fueran preguntas.

De acuerdo con la plataforma educativa Preply, el acento imita “la voz de un niño demasiado emocionado o frustrado”, según indicó Daily Mail en su artículo.
Esto refleja, según sus especialistas, el clima emocional del juego: dinámico, caótico, marcado por la urgencia de cada partida y la interacción constante con otros jugadores.
Una adaptación inconsciente del lenguaje
El fenómeno tiene una explicación lingüística conocida: se trata de un caso de “conversión lingüística”, un proceso en el que una persona ajusta inconscientemente su manera de hablar para encajar socialmente.
Según Daily Mail, Preply explicó que es una respuesta natural que genera un sentido de pertenencia dentro del grupo. En niños y adolescentes, cuya identidad social está en formación, estos procesos son aún más frecuentes.
El lingüista Adam Aleksic, conocido en internet como Etymology Nerd, observó el acento en acción tras analizar varias horas de clips en YouTube y TikTok.
En un video de TikTok, levantado por Wired, lo describió como “un habla rápida con una entonación muy pronunciada”, diseñada para transmitir emoción o conmoción inmediata.
Más allá de sus características sonoras, Aleksic consideró que su función principal es social: ayuda a los jugadores a representarse dentro de la comunidad del juego.
Según Aleksic, el fenómeno se inserta dentro de lo que la sociolingüística denomina ludolecto: una forma de hablar específica dentro de un juego o entorno lúdico.
Así como las parejas, los grupos cerrados o las tribus urbanas desarrollan sus propias jergas, los jugadores de videojuegos también crean códigos, acentos y estilos de habla compartidos.

En el caso de Fortnite, el acento está vinculado a momentos específicos del juego: los gritos tras ser derribado, la tensión por perder el botín acumulado o las reacciones exageradas al eliminar a un rival. Estas situaciones generan una atmósfera sonora que se interioriza, se imita y finalmente se vuelve parte del habla cotidiana de algunos jugadores.
Para los más jóvenes, que todavía están construyendo su forma de expresarse, este entorno se convierte en un espacio de referencia principal. Así, el videojuego deja de ser solo un entretenimiento digital para convertirse también en una comunidad lingüística.
Preocupaciones sobre el desarrollo social
Más allá de su curiosidad lingüística, el fenómeno preocupa a educadores y familias. El medio británico advirtió que el uso persistente de este acento podría ser una señal de aislamiento social, ya que los niños que lo desarrollan pasarían más tiempo conectados que relacionándose cara a cara.
La advertencia está relacionada con la falta de contacto interpersonal fuera de la pantalla. Aunque el juego en sí puede ser entretenido y en algunos casos incluso beneficioso para ciertas habilidades cognitivas, la falta de equilibrio puede tener efectos negativos.
Los expertos insisten en que las interacciones presenciales siguen siendo esenciales para el desarrollo emocional y lingüístico de los menores.
Este no es el primer caso en que una obra audiovisual genera un cambio fonético en el habla infantil. El mismo medio británico informó de un fenómeno similar en EE. UU., donde algunos padres aseguraron que sus hijos comenzaron a hablar con acento británico tras ver repetidamente el programa infantil Peppa Pig.