Expertos en dermatología detallan cómo el uso frecuente de productos con FPS alto y medidas adicionales puede prevenir consecuencias graves en la piel por exposición solar prolongada
El fotodaño acumulativo, causado por la exposición prolongada y sin protección a los rayos ultravioleta (UV), puede derivar en problemas graves como arrugas profundas, manchas permanentes, pérdida de colágeno e incluso cáncer de piel. Según informó Infobae, especialistas de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) enfatizan que el uso constante de protector solar no solo es una medida estética, sino una herramienta clave para preservar la salud cutánea a largo plazo. Este hábito, combinado con otras estrategias de cuidado, resulta indispensable durante los meses de verano, cuando la intensidad de los rayos solares aumenta y las actividades al aire libre se vuelven más frecuentes.
De acuerdo con la dermatóloga Lilian Demarchi, miembro de la SAD, el protector solar es “el mejor cuidado antiage” y la medida más efectiva para prevenir los daños que la radiación solar puede causar en la piel. Por su parte, el dermatólogo Christian Sánchez Saizar, también de la SAD, destacó que los rayos UV no solo afectan en entornos como la playa o la montaña, sino que también están presentes en contextos urbanos y pueden atravesar superficies como los vidrios. Ambos expertos subrayaron que el daño solar no siempre es inmediato ni visible, ya que sus efectos se acumulan con el tiempo, manifestándose en problemas estéticos y de salud.
Consejos para proteger la piel y los labios en verano
El cuidado de la piel durante el verano requiere atención especial debido a la combinación de factores como el sol, el viento y las altas temperaturas. Según los especialistas consultados por Infobae, una correcta hidratación y el uso adecuado de protectores solares son fundamentales para prevenir daños y mantener una piel saludable.
El uso de protectores solares con un factor de protección solar (FPS) adecuado al tipo de piel es una de las principales recomendaciones. Para pieles grasas o mixtas, por ejemplo, se sugieren productos libres de aceites y de rápida absorción, según explicó la dermatóloga Verónica Muchnik. Además, es crucial reaplicar el protector cada dos horas o después de actividades como nadar o sudar, para garantizar su efectividad.
Los labios, una de las zonas más delicadas del cuerpo, también requieren protección específica. Los bálsamos labiales con FPS ayudan a prevenir la sequedad, las grietas y el envejecimiento prematuro. Asimismo, la hidratación interna es esencial: consumir agua, frutas y verduras con alto contenido de líquido contribuye a mantener el equilibrio hídrico del cuerpo y a mejorar la salud de la piel desde el interior.
Errores comunes al exponerse al sol y cómo evitarlos
Existen prácticas habituales que pueden comprometer la salud de la piel durante la exposición solar. Según Infobae, los especialistas identificaron los errores más frecuentes y ofrecieron recomendaciones para evitarlos:
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Exposición en horarios de máxima radiación: Permanecer al sol entre las 11:00 y las 16:00, cuando los rayos UV son más intensos, puede ser perjudicial. Los expertos sugieren evitar la exposición directa en este período y, si es inevitable, buscar sombra, usar sombreros de ala ancha, ropa con protección UV y aplicar protector solar de manera regular.
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Uso de protectores solares con FPS bajo: Elegir productos con un FPS inferior a 30 no proporciona una protección adecuada. Los especialistas recomiendan optar por protectores con un FPS de al menos 30, preferiblemente 50, para bloquear de manera más efectiva los rayos UV.
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Aplicación incorrecta del protector solar: Para que el producto sea efectivo, debe aplicarse al menos 15 a 30 minutos antes de salir al aire libre, permitiendo que la piel lo absorba. Además, es necesario reaplicarlo cada dos horas o después de nadar o sudar, incluso si el producto es resistente al agua.
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Confiar únicamente en el protector solar: Aunque es una herramienta esencial, debe complementarse con medidas físicas como el uso de sombreros, gafas de sol con filtro UV y ropa con tejidos de protección ultravioleta. También es importante evitar los reflejos solares en superficies como el agua o la arena.
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Descuidar la hidratación: No consumir suficiente agua ni alimentos ricos en líquidos puede provocar sequedad en la piel y deshidratación general. Los especialistas aconsejan beber abundante agua y consumir frutas y verduras como sandía, pepino y naranja, además de utilizar cremas hidratantes y bálsamos labiales.
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Omitir áreas expuestas al aplicar protector solar: Zonas como las orejas, el cuello, los pies y el dorso de las manos suelen ser olvidadas. Es fundamental cubrir todas las áreas expuestas y usar bálsamos con FPS para los labios.
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No usar protector solar en días nublados: Hasta el 80% de los rayos UV pueden atravesar las nubes, por lo que es necesario aplicar protector solar independientemente del clima.
Cómo elegir y usar el protector solar adecuado
La elección del protector solar debe basarse en las necesidades específicas de cada tipo de piel. Según Infobae, la dermatóloga Lilian Demarchi destacó la importancia de optar por productos de amplio espectro, que bloqueen tanto los rayos UVA, responsables del envejecimiento prematuro, como los UVB, principales causantes de quemaduras solares. Además, recomendó utilizar protectores con un FPS alto, idealmente de 50, para garantizar una cobertura más completa.
Los protectores solares se dividen en químicos, físicos e híbridos. Los químicos, que absorben la radiación, son efectivos pero pueden irritar las pieles sensibles. En estos casos, los protectores físicos, que crean una barrera sobre la piel, son más recomendables. Los productos híbridos, que combinan ambos tipos, ofrecen una solución versátil para diferentes usuarios.
Impacto de los cuidados solares en la salud a largo plazo
El uso constante de protector solar y la adopción de hábitos responsables pueden marcar una diferencia significativa en la salud de la piel. Según Infobae, el dermatólogo Christian Sánchez Saizar advirtió que la luz ultravioleta no solo acelera el envejecimiento prematuro, sino que también está directamente vinculada con el desarrollo de cáncer de piel. Por su parte, Lilian Demarchi enfatizó que el mayor daño no proviene de las vacaciones en la playa, sino de la exposición acumulativa a lo largo de los años.
En conclusión, protegerse del sol no solo es una cuestión estética, sino una inversión en salud. Incorporar medidas como el uso adecuado de protector solar, la hidratación constante y la protección física puede prevenir problemas graves y garantizar una piel saludable con el paso del tiempo.
