Un investigador realizó un estudio donde vigiló durante meses a estos hermanos y sacó distintas conclusiones
Glen Duncan ve en los gemelos algo fascinante. Dos personas idénticas, que comparten genética y crianza y son, al mismo tiempo, un objeto de estudio que elimina sesgos. Desde hace más de una década, su obsesión lo llevó a explorar cómo la genética y el entorno interactúan para moldear la salud y el comportamiento no solo de ellos, sino también del ser humano en general. Pero siempre partiendo de los gemelos como su muestra.
Desde 2013, dirige el Registro de Gemelos del Estado de Washington. Recopiló datos de miles de pares de gemelos en busca de respuestas a preguntas complejas. Su última investigación, publicada el pasado 12 de diciembre en el American Journal of Epidemiology, aborda un tema crucial para la salud pública: ¿puede el diseño de los barrios influir en cuánto caminamos?
El estudio, basado en datos de unas 11.000 parejas de gemelos, encontró un vínculo claro entre la transitabilidad de los vecindarios y el nivel de caminata de sus residentes. Según los resultados, un aumento del 55% en la transitabilidad de un barrio podría llevar a un incremento del 23% en los minutos semanales dedicados a caminar, lo que equivale a unos 19 minutos adicionales por semana por persona.
“Si sabemos que mejorar la transitabilidad aumenta los niveles de caminata, esto debería ser un llamado a los urbanistas y políticos para diseñar vecindarios que incentiven la actividad física. No se trata solo de salud, sino también de sostenibilidad y calidad de vida. Crear ciudades más transitables puede tener un impacto transformador en cómo vivimos y nos movemos”, dijo Duncan en una entrevista con Infobae.
Los hallazgos tienen alto impacto, sobre todo, en países donde el sedentarismo se convirtió en una epidemia. “En Estados Unidos, por ejemplo, hay muchas personas que no realizan suficiente actividad física. Si pudiéramos cambiar el porcentaje de la población que simplemente camina más, veríamos beneficios reales para la salud”, advirtió.
El estudio evaluó la transitabilidad de los barrios a partir de un índice que incluye factores como la densidad de población, la disposición de las calles y la proximidad a lugares como tiendas, parques y restaurantes. Los resultados mostraron que quienes vivían en áreas más transitables caminaban mucho más que aquellos en zonas suburbanas o rurales.
一¿Por qué siempre elige gemelos en sus investigaciones? ¿Qué ventajas ofrecen?
一Existen dos ventajas principales. La primera es que nos permite controlar el problema de la autoselección: las personas eligen dónde vivir por muchas razones, como costo, proximidad al trabajo o preferencias personales. La segunda ventaja es que nos ayuda a manejar los factores genéticos y ambientales compartidos que pueden influir tanto en la elección de la residencia como en los niveles de actividad física. Esto nos da una imagen más clara de cómo la transitabilidad realmente afecta a la actividad física.
一¿Cómo sabemos que el diseño de los barrios hace que la gente camine más y no que la gente a la que le gusta caminar elige los barrios más transitables?
一Tenemos un segundo estudio que se publicará a partir de la misma cohorte, pero es un estudio longitudinal, lo que significa que estamos analizando los cambios en la transitabilidad y los cambios en la actividad física. Es una pieza de evidencia importante en la cadena causal debido a una cuestión llamada temporalidad: necesitamos saber que el barrio hace que los niveles de caminata aumenten, en lugar de que las personas se autoseleccionen para los barrios transitables porque ya son físicamente activas. Nuestros datos longitudinales respaldan los datos transversales, lo que aumenta nuestra confianza en que la relación entre la transitabilidad y la actividad física es de hecho causal.
El impacto del entorno no se limita a caminar. Pese a que vivir en zonas transitables no mostró un aumento significativo en ejercicios más intensos, como correr o levantar pesas, Duncan señaló que suelen realizarse fuera del entorno inmediato del barrio. Además, el estudio reveló que vivir en un barrio transitable reduce en un 32% la probabilidad de no usar transporte público, aunque su uso general sigue siendo bajo entre los participantes.
一¿Cómo influyen los factores genéticos en las asociaciones que encontraron?
一En el caso de la caminabilidad y la práctica de caminar, los factores genéticos influyen tanto en la elección de la residencia como en los niveles de actividad física. Si no se tiene en cuenta este hecho en un estudio que analiza la asociación entre ambos factores, la relación se confunde, lo que baja nuestra confianza en que cualquier relación que se pueda encontrar sea real.
一¿Cree que los hallazgos son aplicables a otros países fuera de Estados Unidos?
一Esta es una gran pregunta que realmente no puedo responder con nuestros datos, porque se trata únicamente de una muestra de los EE.UU., que tiene un entorno muy diferente al de otras regiones del mundo, tanto en términos del entorno construido (cómo construimos las ciudades y pueblos en los que vivimos y cómo eso influye en nuestra capacidad para ser físicamente activos) como del entorno social (por ejemplo, pensemos en Escandinavia, donde la bicicleta está arraigada en la forma de vida en muchas de sus regiones). Lamentablemente, ni el entorno construido ni el social están orientados a la actividad física en Estados Unidos. Dependemos en gran medida del auto para movernos.
Los gemelos y la soledad
Si bien su larga serie de investigación se enfoca en los hábitos saludables, Duncan también indagó, entre otros temas, en la predisposición genética al estrés y su vínculo con la soledady lo hizo -fiel a su costumbre- tomando a miles de gemelos como muestra. La investigación, publicada en 2022 en Behavior Genetics, buscó aclarar cómo los factores genéticos y ambientales influyen en la relación entre la percepción del estrés y el sentimiento de verse solos.
Antes una aclaración clave. Mientras que el aislamiento social es un estado objetivo, definido por la falta de interacciones sociales, la soledad es una experiencia subjetiva: la desconexión que una persona siente entre las relaciones sociales que desea y las que realmente tiene. El matiz es importante para entender por qué algunas personas se sienten solas incluso cuando están rodeadas de gente.
La muestra del estudio incluyó a 3.066 gemelos, que también fueron tomados del Registro de Gemelos del Estado de Washington. Los participantes completaron cuestionarios durante los primeros meses de la pandemia de COVID-19, marcado por el distanciamiento social y la incertidumbre global. El contexto, tan extremo como inusual, ofreció un escenario único para examinar los estados emocionales.
Los resultados mostraron que tanto la genética como las experiencias individuales influyen en la relación entre el estrés y la soledad. Parte de la conexión puede atribuirse a variaciones genéticas, lo que sugiere que algunas personas tienen una predisposición heredada que las hace más vulnerables. No obstante, las emociones son un entramado complejísimo en las que los factores ambientales que atraviesan a cada individuo también influyen.
Uno de los resultados más sorprendentes, para Duncan y su equipo, fue que el impacto de los factores genéticos y ambientales fue consistente entre hombres y mujeres, lo que desafía la idea de que las experiencias de sufrimiento golpean de modos diferentes según el género.
El estudio, publicado apenas dejada atrás la pandemia, abre la puerta a nuevas investigaciones para comprender mejor cómo el estrés y la soledad interactúan con aspectos genéticos y ambientales. Para pensar también en intervenciones que promuevan las conexiones sociales en lugar de profundizar el ensimismamiento.
El valor de los gemelos
Los gemelos son los protagonistas de todos los estudios que hizo Duncan en los últimos años. Ellos ofrecen una ventana única para explorar cómo la genética y el entorno moldean nuestras experiencias y comportamientos. El ejemplo del último estudio mencionado es evidente. Trabajar con gemelos le permitió separar las influencias heredadas de las ambientales, un logro casi imposible de alcanzar con otros enfoques. Al comparar a hermanos idénticos, pudo desentrañar cuánto de la conexión entre el estrés percibido y la soledad está escrito en el ADN y cuánto responde a las circunstancias únicas de cada individuo.
En investigaciones más generales, el uso de gemelos elimina muchos de los sesgos que complican los estudios basados en poblaciones diversas. Factores como los ingresos, la educación o el acceso a recursos, que suelen confundir los resultados en muestras comunes, con ellos se pueden controlar. El enfoque reduce el ruido generado por diferencias externas y da un marco más claro para entender las dinámicas internas, para esclarecer las interacciones entre genética y entorno.
Además, los gemelos ofrecen una solución ingeniosa a un desafío clave en la investigación social: la imposibilidad de aleatorizar a las personas en diferentes entornos residenciales o sociales. En lugar de cambiar a los individuos de entorno, los gemelos permiten observar cómo variaciones sutiles en sus experiencias personales afectan sus resultados, todo mientras comparten un trasfondo genético y familiar similar.
Para Duncan, la ciencia de los gemelos no solo ilumina preguntas específicas, sino que redefine cómo entendemos la interacción entre naturaleza y crianza. Estudios como los suyos acercan a un futuro en el que las intervenciones se pueden diseñar con mayor precisión. Aprovechar las diferencias individuales para abordar problemas universales.
Con información de Infobae