A medida que envejecemos, perdemos gradualmente la amplitud de movimiento
Movilidad articular es un tema que cobra relevancia a medida que las personas envejecen, ya que la rigidez en las articulaciones puede dificultar las actividades diarias. Según un artículo reciente, la pérdida de movilidad en las articulaciones, como las de las rodillas y los tobillos, puede aumentar el riesgo de caídas y desarrollar condiciones como la artritis. Brad Manor, profesor asociado de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard, explicó que la rigidez articular puede llevar al sedentarismo, lo que a su vez debilita las articulaciones.
La movilidad y la flexibilidad son dos conceptos relacionados pero distintos que afectan la salud articular. Brandee Waite, directora médica de Medicina Deportiva para la Salud en la Universidad de California, señaló que la flexibilidad es pasiva y mide cuánto se pueden estirar los tejidos, mientras que la movilidad evalúa qué tan bien se puede mover una articulación en todo su rango. Por ejemplo, una persona puede ser flexible al tocarse los dedos de los pies, pero carecer de la movilidad necesaria para bajar escaleras sin dificultad.
Para mantener la salud articular, es importante realizar pruebas de movilidad regularmente. Leigh Hanke, profesora adjunta de ortopedia y rehabilitación en la Universidad de Yale, sugiere que estas pruebas se realicen mensualmente para detectar cambios sutiles antes de que se conviertan en lesiones. Las pruebas incluyen evaluar la movilidad del cuello, hombros, muñecas, espalda, caderas, rodillas y tobillos.
La movilidad del cuello, por ejemplo, es esencial para realizar movimientos como girar la cabeza para ver a los lados o mirar hacia arriba. La movilidad de los hombros permite acciones como atarse un delantal a la espalda. Las muñecas, por su parte, son cruciales para actividades cotidianas como cocinar o abrocharse un botón. La espalda debe ser capaz de flexionarse y rotar para facilitar movimientos como girar el cuerpo.
En cuanto a las caderas, su flexión es necesaria para caminar o dar patadas. Las rodillas deben poder flexionarse completamente para actividades como ponerse en cuclillas o subir escaleras. Finalmente, la movilidad de los tobillos es fundamental para mantener el equilibrio y caminar correctamente, ya que una movilidad limitada puede afectar otras áreas como las rodillas y la zona lumbar.
La obesidad, la artritis y el embarazo son factores que pueden dificultar la movilidad articular. Sin embargo, con ejercicios específicos, es posible mejorar la movilidad hasta cierto punto. Evaluar las articulaciones de forma independiente puede ayudar a identificar áreas de mejora y prevenir problemas futuros.