Sarah Clark, codirectora de la Encuesta Nacional sobre la Salud Infantil del Hospital Pediátrico C.S. Mott de la Universidad de Michigan, destaca la importancia de que los padres enseñen a sus hijos a manejar la ira de manera productiva. Según una encuesta reciente realizada por esta institución, muchos padres enfrentan dificultades para controlar la ira de sus hijos, y algunos incluso reconocen que podrían no estar dando un buen ejemplo.
El estudio revela que siete de cada diez padres creen que no siempre manejan adecuadamente su propia ira, lo que podría influir en el comportamiento de sus hijos. Además, uno de cada siete padres considera que sus hijos se enfadan más que otros niños de su misma edad, y cuatro de cada diez han observado consecuencias negativas cuando sus hijos se enfadan.
La encuesta también señala que los padres de niños varones reportan con mayor frecuencia que sus hijos se han enojado lo suficiente como para lastimarse a sí mismos o a otros, tener problemas con amigos o meterse en problemas en la escuela. Sin embargo, solo uno de cada tres padres ha recibido orientación sobre cómo ayudar a sus hijos a manejar la ira.
A pesar de que más del 60% de los padres indican que las escuelas de sus hijos cuentan con maestros o consejeros para ayudar a los niños a manejar la ira, menos de la mitad afirma que las escuelas proporcionan información a los padres sobre este tema. Clark enfatiza la importancia de que los padres comuniquen a sus hijos que enojarse no los convierte en malas personas, sino que deben aprender a gestionar sus emociones.
Entre las estrategias que los padres consideran útiles para ayudar a los niños a procesar la ira se encuentran actividades como dibujar, contar hasta diez o respirar profundamente, así como salidas físicas como rasgar papel o apretar una pelota antiestrés. También es fundamental ofrecer un oído comprensivo para que los niños puedan expresar sus sentimientos.
Clark sugiere que los padres pueden prevenir los arrebatos de ira asegurándose de que sus hijos duerman lo suficiente, hagan ejercicio y evitando situaciones que puedan desencadenar la ira, como el miedo o la decepción. Además, es esencial que los padres elogien a sus hijos cuando manejan su ira de manera constructiva, ya que esto puede enviar un mensaje positivo.
Finalmente, Clark recuerda que los niños enfrentan diferentes retos y frustraciones en la escuela que en casa, y es importante que los padres comprendan cómo sus hijos expresan sus emociones en estos entornos. Las conferencias escolares pueden ser una oportunidad para que los padres obtengan una visión sobre cómo sus hijos manejan las frustraciones cotidianas y compartan con los maestros las estrategias que funcionan en casa.