Una de las causas de la impuntualidad es la procrastinación, patrón que afecta el bienestar emocional y la productividad
Llegar tarde de manera constante puede parecer simplemente un mal hábito, pero desde la perspectiva de la psicología, este comportamiento puede revelar aspectos más profundos de la personalidad y la psique de una persona.
La impuntualidad recurrente puede estar relacionada con cuestiones como la procrastinación, mala gestión del tiempo y hasta ser un indicador de problemas de autocontrol.
Comprender los motivos subyacentes de este comportamiento puede ofrecer claves valiosas para abordar y, eventualmente, corregir esta tendencia.
¿Qué quiere decir sobre mi personalidad?
Uno de los motivos por las que las personas llegan tarde con frecuencia es tener una gestión de tiempo ineficaz, esto sucede ya que presentan dificultades para estimar el tiempo que les llevará hacer las tareas antes de salir, lo que resulta en retrasos constantes.
Otro factor común es la procrastinación, una tendencia a postergar tareas prioritarias y dar pertinencia a actividades menos urgentes o irrelevantes, según el artículo La Procrastinación: Una Exploración Teórica de la revista científica multidisciplinar Ciencia Latina.
“Entre las características más comunes se destacan la falta de motivación, frustración, inseguridad e indecisión, convirtiendo a estas topologías en un círculo vicioso que lleva a procrastinar afectando el bienestar emocional y la productividad de quien la padece”, menciona el artículo.
Según Neel Burton, psiquiatra y maestro en Oxford, la impuntualidad también puede revelar una falta de autoconocimiento, fuerza de voluntad o empatía “Puede ser que la persona que llega tarde se haya fijado objetivos poco realistas y haya programado demasiado en su día, o haya subestimado el tiempo que le lleva viajar de un lado al otro”, menciona.
Un significado un poco más intrincado se encuentra en razones que implican ira y agresión. “Las personas enojadas que se comportan con calma y cortesía casi exageradas pueden expresar su enojo por medios pasivos, es decir, mediante la resistencia (consciente o inconsciente) a cumplir las expectativas razonables de los demás” menciona Burton.
Llegar tarde es un ejemplo de comportamiento pasivo-agresivo, donde la agresión se manifiesta de manera indirecta. Esta forma de actuar permite a la persona evitar las consecuencias emocionales y sociales de una agresión abierta. Sin embargo, conlleva problemas, ya que no se identifican ni resuelven las causas subyacentes del comportamiento y genera molestia o resentimiento en los demás.
Desde la psicología llegar tarde puede reflejar un signo de falta de respeto hacia el tiempo de los demás o una dificultad para priorizar responsabilidades. También puede indicar una dificultad con el autocontrol y la gestión de las propias expectativas y obligaciones.