Santa Teresa de Calcuta dedicó su vida a servir a los más vulnerables y enfermos, dejando un legado que inspira a millones. Nacida en 1910 en Skopie, Macedonia del Norte, sentía una vocación religiosa profunda desde temprana edad. A los 18 años, ingresó en las Hermanas de Loreto en Irlanda, donde adoptó el nombre de Teresa en honor a Santa Teresa de Lisieux. En 1929, fue enviada a India para enseñar en una escuela de niñas en Calcuta.
En 1946, durante un viaje en tren, Madre Teresa experimentó lo que describió como un “llamado dentro del llamado”, motivándola a dedicarse a ayudar a los más pobres entre los pobres. En 1950, fundó la congregación Misioneras de la Caridad, comenzando con solo 12 miembros pero expandiéndose rápidamente a más de 133 países. Esta congregación se dedicaba a brindar atención médica, alimentar a los desamparados y ofrecer consuelo a los marginados.
En reconocimiento a su incansable labor, Madre Teresa recibió el Premio Nobel de la Paz en 1979. Su dedicación no solo era tangible, sino también espiritual, inspirando oraciones y frases que muchas personas recitan en busca de consuelo y fortaleza.
Además de su obra terrenal, múltiples seguidores de la Madre Teresa aseguran haber presenciado milagros. El primer milagro reconocido oficialmente ocurrió en 1998, cuando Monica Besra, una mujer con un tumor abdominal, afirma que fue curada tras colocar una medalla bendecida por la Madre Teresa en su abdomen, hecho que los médicos confirmaron inexplicable. Este evento fue crucial para su beatificación en 2003.
Otro milagro significativo tuvo lugar en 2008 en Brasil, donde Marcilio Haddad Andrino, que sufría de abscesos cerebrales múltiples, se recuperó sin explicación médica tras la oración de su esposa pidiendo la intercesión de Madre Teresa. Este milagro fue decisivo para su canonización en 2016 por el Papa Francisco.
Para aquellos que buscan su intercesión, se recita comúnmente una oración dirigida a Santa Teresa de Calcuta: “Oh, Santa Teresa de Calcuta, tú permitiste al sediento amor de Jesús en la cruz convertirse en una llama viva dentro de ti, y así llegaste a ser luz de su amor para todos. Enséñame a dejar que Jesús penetre y posea todo mi ser tan completamente, que mi vida también pueda irradiar su luz y amor a los demás. Amén.”
Su profunda influencia espiritual y su dedicación al servicio continúan vivos, consolando y guiando a numerosos fieles alrededor del mundo.